domingo, 28 de noviembre de 2010

La Homesexualidad y la Juventud

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Qué es la filosofía?




La filosofía, es una ciencia (conocimiento de las cosas por sus causas, de lo universal y necesario), que se viene practicando, desde la época de los griegos o era clásica. Fueron ellos, quienes comenzaron por primera vez, a realizarse preguntas profundas por todo aquello que los rodeaba. Por lo mismo, los primeros atisbos de filosofía, se vieron en el campo de la naturaleza.

Y filosofía, es justamente amor por la sabiduría. Comprender con todo aquello, que interactuamos. Justamente, filosofía proviene del griego filos (amor) y sofía (sabiduría).

La gracia de la filosofía, es que esta se hace preguntas últimas. O sea, por aquellas que van en la búsqueda del sentido final, de las cosas. Cada rama de la filosofía, se hace preguntas últimas. Por la finalidad del objeto de estudio de ellas. Es así, como la antropología, por ejemplo, se pregunta cual es la finalidad del hombre. La ética, otra rama, se pregunta cual es la finalidad del actuar del hombre. De hecho, uno de los más grandes filósofos de antigüedad, como fue Sócrates, buscaba un sentido, una finalidad del hombre, el cual defendió el hecho de que la felicidad era el fin del hombre. Fin que depende de las virtudes, parte del estudio de la ética. Pero para la filosofía, la racionalidad, juega un papel fundamental en su estudio y asimismo, en su acción. La racionalidad, es el medio por el cual, podemos conocer lo que nos rodea. Es el punto de partida, para buscar y saber, cual es la finalidad del hombre. Ya Sócrates decía, con respecto a las virtudes y su conocimiento por medio de la razón, "Sólo el que sabe qué es la justicia (la cual es una virtud) puede verdaderamente ser justo y obrar justamente".

Lo esencial de la filosofía, está en que esta, se cuestiona las cosas con una mayor amplitud de acción, que el resto de las ciencias. Mucho más que las prácticas o las sociales. La filosofía, es el amor de conocer, por conocer. Lo cual puede parecer inútil. Pero no lo es, ya que al no tener una finalidad práctica, es un fin en si mismo. Por lo que es querido. Así, tiene una finalidad, para quienes desean ampliar sus conocimientos. No debemos olvidar, que el conocimiento, es poder. Asimismo, no hay que olvidar, que existen ramas de la filosofía, como la ética, que se estudian con un fin práctico. La ética que se estudia, para mejorar mi actuar frente a la vida. Se dice que todo el mundo filosofa, cuando se hace preguntas últimas. Aquellas que van al centro de la cuestión. Lo más seguro es que lo hacen, ya que siempre el ser humano, ha querido comprender a cabalidad su vida y entorno. Al menos así, comenzaron los primeros filósofos en la Antigua Grecia.

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Ricardo Diaz
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Electronica del Estado Solido
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¿Necesitamos una filosofía?




Antes de empezar, uno podría preguntarse: ¿Es realmente necesario preocuparnos de complicadas cuestiones científicas y filosóficas? Semejante pregunta admite dos respuestas. Si lo que se quiere decir es si hace falta saber estas cosas para la vida cotidiana, la respuesta es, evidentemente, no. Pero si aspiramos a lograr una comprensión racional del mundo en que vivimos y de los procesos fundamentales en la naturaleza, la sociedad y nuestra propia forma de pensar, entonces la cosa se presenta de una forma totalmente distinta. Aunque parezca extraño, todos tenemos una filosofía. Una filosofía es una manera de interpretar el mundo. Todos creemos que sabemos distinguir entre el bien y el mal. Sin embargo, es una cuestión harto complicada que ha ocupado la atención de las grandes mentes a lo largo de la historia. Cuando nos vemos enfrentados con hechos tan terribles como la guerra fratricida en la ex Yugoslavia, el resurgimiento del desempleo o las masacres en Ruanda, muchos confesarán que no entienden de esas cosas y, a menudo, recurrirán a vagas referencias a la "naturaleza humana". Pero, ¿en qué consiste esa misteriosa naturaleza humana que se presenta como la fuente de todos nuestros males y se alega que es eternamente inmutable? Esta es una cuestión profundamente filosófica que pocos intentarían contestar, a no ser que tuvieran inclinaciones religiosas, en cuyo caso dirían que Dios, en su sabiduría, nos creó así. Por qué a alguien se le ocurriría adorar a un Ser que crea a los hombres sólo para gastarles tales faenas es otro asunto.
Los que mantienen con obstinación que ellos no tienen ninguna filosofía se equivocan. La naturaleza aborrece el vacío. Las personas que carecen de un punto de vista filosófico elaborado y coherente reflejarán inevitablemente las ideas y los prejuicios de la sociedad y el entorno en que viven. Esto significa, en este contexto dado, que sus cabezas estarán repletas de las ideas que absorben de la prensa, la televisión, el púlpito y el aula, las cuales reflejan fielmente los intereses y la moral de la clase dominante.
Por lo común, la mayoría de la gente logra "ir tirando", hasta que algún gran evento les obliga a reconsiderar las ideas y valores a que están acostumbrados desde su infancia. La crisis de la sociedad les obliga a cuestionar muchas cosas que daban por supuestas, haciendo que ideas aparentemente remotas se vuelvan de repente tremendamente relevantes.
Cualquiera que desee comprender la vida no como una serie de accidentes sin sentido ni como una rutina irreflexiva debe ocuparse de la filosofía, esto es, del pensamiento a un nivel superior al de los problemas inmediatos de la vida cotidiana. Tan sólo de esta forma nos elevamos a una altura desde la que comenzamos a realizar nuestro potencial como seres humanos conscientes, dispuestos y capaces de tomar las riendas de nuestro destino.
En general se comprende que cualquier empresa que merezca la pena en la vida requiere esfuerzo. La propia naturaleza de la filosofía implica ciertas dificultades para su estudio, ya que trata de cosas muy alejadas del mundo de la experiencia normal. Incluso los términos utilizados presentan dificultades porque su significado puede ser diferente al común, aunque esto también es verdad para cualquier materia especializada, desde el psicoanálisis hasta la mecánica.
El segundo obstáculo es más grave. En el siglo pasado, cuando Marx y Engels publicaron por primera vez sus escritos sobre materialismo dialéctico, podían dar por supuesto que muchos de sus lectores tenían por lo menos unos conocimientos básicos de filosofía clásica, incluido Hegel. Actualmente no es posible hacer semejante suposición. La filosofía ya no ocupa el lugar del pasado, puesto que la especulación sobre la naturaleza del universo y la vida fue asumida hace tiempo por las ciencias naturales. La posesión de potentes radiotelescopios y naves espaciales vuelve innecesarias las conjeturas sobre la naturaleza y la extensión de nuestro sistema solar. Incluso los misterios del alma humana se están poniendo paulatinamente al descubierto mediante el progreso de la neurobiología y la psicología.
La situación en el terreno de las ciencias sociales es mucho menos satisfactoria, debido sobre todo a que el deseo de conseguir conocimientos exactos a menudo decrece en la medida en que la ciencia toca los enormes intereses materiales que dominan la vida de la gente. Los grandes avances realizados por Marx y Engels en el terreno del análisis socio-histórico y económico quedan fuera del ámbito de este libro. Baste con señalar que, a pesar de los ataques constantes y frecuentemente maliciosos a que estuvieron sometidas desde el primer momento, las teorías del marxismo en la esfera social han sido el factor decisivo en el desarrollo de las ciencias sociales modernas. En cuanto a su vitalidad, está demostrada por el hecho de que los ataques no sólo continúan, sino que tienden a arreciar con el paso del tiempo.
En épocas pasadas, el desarrollo de la ciencia, que siempre ha estado estrechamente vinculado al de las fuerzas productivas, no había alcanzado un nivel suficientemente alto como para permitir que las personas entendiesen el mundo en que vivían. En ausencia de un conocimiento científico o de los medios materiales para obtenerlo, se vieron obligados a depender del único instrumento que poseían para interpretar el mundo y, así, conquistarlo: la mente humana. La lucha para comprender el mundo se identificaba con la lucha de la humanidad para elevarse sobre una existencia meramente animal, ganar el control sobre las fuerzas ciegas de la naturaleza y liberarse (en el sentido real, no legalista, de la palabra). Esta lucha es como un hilo conductor rojo que recorre toda la historia de la humanidad.

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Ricardo Diaz
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Electronica del Estado Solido
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El Nacimiento de la filosofía


La filosofía occidental nació bajo el cielo azul del Egeo. Los siglos VII y VIII a. C. fueron años agitados y de rápida expansión económica del Mediterráneo oriental. Los griegos de las islas Jonias que residían en la costa de Turquía, mantenían una próspera relación comercial con Egipto, Babilonia y Lidia. El dinero una invención lidia, fue introducido en Europa a través del Egeo, aproximadamente en el 625 a. C., y estimuló enormemente el comercio y como consecuencia, mientras unos acumulaban grandes riquezas, otros, sólo obtenían miseria y esclavitud. Los primeros filósofos griegos representan el verdadero punto de partida de la filosofía. El primer intento de luchar y liberarse de los antiguos límites de la superstición y el mito, de prescindir de dioses y divinidades, por primera vez el ser humano se enfrentaba cara a cara con la naturaleza. La revolución económica provocó nuevas contradicciones sociales. El colapso de la vieja sociedad patriarcal provocó el choque entre ricos y pobres.

La vieja aristocracia se enfrentó al descontento de las masas y a la oposición de los tiranos, a menudo, eran los propios nobles disidentes siempre dispuestos a ponerse a la cabeza de las insurrecciones populares. Fue un período de gran inestabilidad, en el que hombres y mujeres empezaron a poner en tela de juicio las viejas creencias.


El siguiente pasaje describe la situación en Atenas en aquella época: "En los años malos (los campesinos) tenían que pedir prestado a sus ricos vecinos; con la aparición del dinero en vez de pedir prestado un saco de grano, al viejo estilo de buena vecindad, tenían que pedir prestado el grano necesario antes de la cosecha, cuando aún estaba barato, sino tendrían que pagar elevados intereses, lo que provocó una gran indignación en Megara. En el año 600, mientras los ricos exportaban a los mercados del Egeo o Corinto, los pobres permanecían hambrientos. Muchos, demasiados, perdían su tierra o se empeñaban como prenda de sus deudas, e incluso perdían su libertad; al acreedor, como último recurso ante al deudor insolvente le quedaba la posibilidad de entregarse él y su familia como esclavos... La ley era muy severa, era la ley del rico". (A. R. Burn; The Pelican History of Greece, p. 119).

Draco recopiló estas leyes en un código, de ahí procede la expresión "condiciones draconianas". El siglo VI a. C. fue un período turbulento y también el del declive de las repúblicas Jonias de Asia Menor, un siglo caracterizado por la crisis social y por una feroz lucha de clases entre ricos y pobres, entre dominadores y esclavos. "En Mileto", escribe Rostovtzeff, "el pueblo resultó primero victorioso, asesinando a las esposas e hijos de los aristócratas; después dominaron los aristócratas que quemaron vivos a sus enemigos y alumbraron las plazas de la ciudad con antorchas vivientes". (Citado por Bertrand Russel, Historia de la filosofía occidental. Madrid. Editorial Espasa, 1997. p. 62).

En aquella época, estas condiciones sociales eran las normales en la mayoría de las ciudades griegas de Asia Menor. Los héroes de esa época nada tenían en común con la idea posterior del filósofo, aislado del resto de la humanidad en su torre de marfil. Estos "hombres sabios" no eran sólo pensadores, eran escritores, no sólo eran teóricos, eran también hombres prácticos. Del primero de ellos, Tales de Mileto (640-546 a. C.), no sabemos prácticamente nada, salvo que fue al final de su vida cuando se aproximó a la filosofía, se dedicó al comercio, a la ingeniería, a la geometría y a la astronomía (se dice que predijo un eclipse, que según los astrónomos ocurrió en el año 585 a. C.).

No se puede negar que los primeros filósofos griegos eran materialistas. Dieron la espalda a la mitología, se dedicaron a buscar el principio general del funcionamiento de la naturaleza, a partir de la observación de la propia naturaleza. Los griegos posteriores les llamaron hilozoístas, que se podría traducir por: los que piensan que la materia está animada. Esta concepción de la materia en movimiento es sorprendentemente moderna y muy superior a la concepción de los físicos mecanicistas del siglo XVIII. Debido a la ausencia de modernos instrumentos científicos, con frecuencia sus teorías tuvieron el carácter de inspiradas conjeturas. A pesar de todo, teniendo en cuenta la ausencia de recursos, es realmente asombroso lo que llegaron a aproximarse a la comprensión del auténtico funcionamiento de la naturaleza. El filósofo Anaximandro (610-545 a. C.), afirmó que tanto el hombre como el resto de los demás animales habían evolucionado de un pez que abandonó el agua para salir a la tierra.

Sería un error pensar que estos filósofos eran religiosos porque utilizas en la palabra "dios" (theos) para referirse a la sustancia primaria. J. Burnet dice que esta palabra era similar a los antiguos epítetos homéricos: "eterno", "inmortal", etc. Incluso Homero, utiliza la palabra en diferentes sentidos. Desde Hesiodo a la teogenia está claro que muchos de los "dioses" nunca fueron adorados, eran meras personificaciones apropiadas para los fenómenos naturales o incluso para las pasiones humanas. Las religiones primitivas miraban al cielo como algo divino y lo separaban de la tierra. Los filósofos jonios rompieron radicalmente con esta concepción. Se basaron en la multitud de descubrimientos de la cosmología babilónica y egipcia, rechazaron el elemento mítico que confundía la astronomía con la astrología.

La tendencia general de la filosofía griega antes de Sócrates era la búsqueda de los principios fundamentales de la naturaleza: "La naturaleza es lo que está más cerca de nosotros, se encuentra más cerca del ojo, es lo más palpable, es lo que primero que atrae el espíritu de investigación. En sus distintas formas, en su multiplicidad, el pensamiento debe encontrar el inicio de un principio fundamental permanente. ¿Cuál es este principio? ¿Cuál es exactamente el elemento básico natural?". (Schwgler, History of Philosophy. En la edición inglesa). Los filósofos dieron explicaciones diferentes a esta cuestión. Por ejemplo, Tales sostenía que la base de todas las cosas era el agua, esta afirmación fue un gran paso adelante del pensamiento humano. Ya hacía tiempo que los babilonios anticiparon la idea de que todas las cosas procedían del agua. Su mito de la creación fue el modelo que siguió la historia de la creación hebrea del primer libro del Génesis. "Todas las tierras eran mar hasta que Marduk, el creador babilonio, separó la tierra del mar". La diferencia es que no hay Marduk, ni creador divino externo a la naturaleza, por primera vez se explica la naturaleza en términos puramente materialistas, es decir, en términos de la propia naturaleza.

La idea de la naturaleza reducida al agua no es tan inverosímil como podría parecer. Aparte de que la gran mayoría de la superficie de la tierra está formada por agua, los jonios se dieron cuenta que el agua es algo esencial para todas las formas de vida. La mayor parte del volumen de nuestro cuerpo es agua, moriríamos rápidamente si nos privamos de ella. Además el agua cambia de forma, pasa de líquido a sólido o vapor. "No es difícil suponer que los fenómenos meteorológicos influyeron en Tales a la hora de formular sus teorías. De todas las cosas que conocemos, el agua es la que parece tener las formas más variadas. Nos son familiares sus formas, sólido, líquido y vapor. Tales pudo haberse dado cuenta de ello observando como ante sus ojos el agua regresaba de nuevo al agua. La evaporación sugiere de manera natural que el fuego de los cuerpos celestiales se conserva gracias a la humedad que extraen del mar. El agua cae de nuevo en forma de lluvia, y al final, como pensaban los primeros cosmólogos, regresa a la tierra. Este proceso era algo natural para aquellos hombres familiarizados con los ríos de Egipto que formaban el Delta, y los torrentes de Asia Menor que bajaban por los largos depósitos aluviales". (O. J. Burnet; Los primeros filósofos griegos).

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Ricardo Diaz
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La filosofía antes de Sócrates





Como siempre en la historia, hay un principio. Pero este principio, aunque no arbitrario es necesariamente convencional. Así, la historia de la filosofía occidental se construye antes y después de Sócrates.

Si de profundizar respecto a los antecedentes de la filosofía griega se trata, existen varios aspectos a considerar.


Antecedentes egipcios y babilónicos

Entre los filósofos griegos es posible encontrar una idea que sugiere el origen oriental de pensamiengo griego, aunque en rigor, las fuentes al respecto provienen de un momento algo posterior correspondiente a períodos neopitagóricos y neoplatónicos. Según estas vertientes, Tales, de origen fenicio habría viajado a Asia y habiendo aprendido junto a sacerdotes egipcios. Esta teoría no está aún desmotrada e incluso hay quienes sostienen que no resulta razonable hablar de "ciencia" oriental ya que los desarrollos alcanzados por éstos saberes era de índole técnica. Sin embargo, no puede pasarse por alto que la polis griega era una ciudad abierta a todo tipo de infuencias culturales con lo cual, el enriquecimiento era previsible, así como también la posibilidad de que sus habitantes accedieran a una visión relativista de la propia cultura que desembocara en un pensamiento racional y crítico.

Mythos y lógos

Tanto "mythos" como "lógos" significan "palabra", pero mientras que el primer vocablo refiere a una naracción simbólica, el segundo supone un discurso racional.

La religión griega marcó sin duda, las bases para avanzar de la explicación mitológica a la razón. Hesiodo señalará que la teogonía (génesis de los dioses), fue antes precedida por una cosmogonía (génesis de elementos abstractos). El mundo surge mediante una separación entre el cielo y a tierra, apareciendo luego el amor (Eros), como fuerza conciliadora. Los primeros filósofos, probablemente, hayan trabajado a partir de este estado original de indistinción que promovía la cosmogonía, una separación entre parejas de contrarios, una conexión y una nueva mezcla. Se intuye pues una comología que avanza más allá de la proyección antropomófica. La filosofía griega puede comprenderse entonces como una continuidad del pesamiento religioso hacia una concepción abstracta de los orígenes del mundo.

En segundo lugar, la religión griega carecía de un sacerdocio estable de modo tal que pudiese garantizar una ortodoxia doctrinal. Y finalmente, la incoherencia de la mitología griega en general, así como que ésta no fuera de creencia oblitagoria (la creencia era menos importante que la práctica del culto), propició el terreno para la interpretación alegórica y la búsqueda de explicaciones de naturaleza racional.

Los primeros filósofos


Quizá el antecente más claro del filósofo sean los sabios (sophpi) de los siglos VII y VI, cuya referencia más antigua se encuentra probablemente en Platón. En un contexto de grandes cambios políticos, económicos y sociales, triunfa la reflexión acerca del indificuo y la sociedad. Tales de Mileto, uno de los primeros filósofos, será uno de éstos sabios citados en éste sentido: "Muchos comprendieron que "laconizar" consistía mucho menos en cultivar la gimnasia que en dedicarse a la filosofía, cayendo en cuenta de que decir palabras de este tipo era obra de un hombre perfectamente formado. Entre éstos se contaron Tales de Mileto, Pittaco de Mitilene, Bías de Priene, nuestro Solón, Cleóbulo de Lindos, Misón de Quenea y el séptimo, Quilón de Ladedemonia" (Platon)

En la misma línea pueden mencionarse a lo poetas líricos que se ubicaron en un punto intermedio entre adivinos-sacerdotes y filósofos.

Los sofistas



La sofística fue un movimiento intelectual que surgió en Grecia durante el siglo V a.C. y tuvo importancia decisiva en la transformación del pensamiento griego, que abandonó el período cosmológico para ingresar en el antropológico. Este cambio determinó que prevalecieran temas como el hombre, la sociedad y la educacion.

Con los sofistas aparece el afan de convencer y refutar y el filósofo dejará detrás las meditaciones para interesarse por las discusiones en el seno de la sociedad.

Los sofistas enseñaban a cambio de una remuneración, lo cual era notablemente escandaloso para la época. Platón utilizará el término "sofista" con un sentido peyorativo y Aristóteles acentuará la idea respecto a la sofistica como un saber aparente.

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Ricardo Diaz
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La Filosofía sus ramas



El pensador, de Auguste Rodin,
representación clásica de un hombre inmerso en sus pensamientos



La Filosofía (del latín philosophĭa, y éste del griego antiguo φιλοσοφία, 'amor por la sabiduría')[1] es el estudio de una variedad de problemas fundamentales acerca de cuestiones como la existencia, el conocimiento, la verdad, la moral, la belleza, la mente y el lenguaje.[2] [3] Al abordar estos problemas, la filosofía se distingue del misticismo, la mitología y ciertas formas de religión por su énfasis en los argumentos racionales,[4] y de la ciencia experimental porque generalmente lleva adelante sus investigaciones de una manera no empírica, sea mediante la especulación, el análisis conceptual, los experimentos mentales u otros métodos a priori.

La tradición filosófica occidental comenzó en la Antigua Grecia y se desarrolló principalmente en Occidente.[5] El término «filosofía» es originario de Occidente, y su creación ha sido atribuida al pensador griego Pitágoras.[6] Su popularización se debe en gran parte a los trabajos de Platón y Aristóteles. En sus diálogos, Platón contrapuso a los filósofos con los sofistas: los filósofos eran quienes se dedicaban a buscar la verdad, mientras que los sofistas eran quienes arrogantemente afirmaban poseerla, ocultando su ignorancia detrás de juegos retóricos o adulación, convenciendo a otros de algo infundado o falso, y cobrando además por enseñar a hacer lo mismo.[5] Aristóteles, por su parte, adoptó esta distinción de su maestro, extendiéndola junto con su obra a toda la tradición occidental posterior.

La filosofía occidental ha tenido una profunda influencia y se ha visto profundamente influida por la ciencia, la religión y la política occidentales.[7] Algunos conceptos fundamentales de estas disciplinas todavía se pueden pensar como conceptos filosóficos. En épocas anteriores, estas disciplinas eran consideradas parte de la filosofía. Así, en Occidente, la filosofía era una disciplina muy extensa. Hoy, sin embargo, su alcance es más restringido y se caracteriza por ser una disciplina más fundamental y general que cualquier otra.


Ramas de la filosofía

Las ramas y los problemas que componen la filosofía han variado mucho a través de los siglos.[8] Por ejemplo, en sus orígenes, la filosofía abarcaba el estudio de los cielos que hoy llamamos astronomía, así como los problemas que ahora pertenecen a la física.[8] Teniendo esto en cuenta, a continuación se presentan algunas de las ramas centrales de la filosofía en el presente.


Metafísica


La metafísica se ocupa de investigar la naturaleza, estructura y principios fundamentales de la realidad en general.[9] [10] Esto incluye la clarificación e investigación de algunas de las nociones fundamentales con las que entendemos el mundo, incluyendo: ser, entidad, existencia, objeto, propiedad, relación, causalidad, tiempo y espacio.

Antes del advenimiento de la ciencia moderna, muchos de los problemas que hoy pertenecen a las ciencias naturales eran estudiados por la metafísica bajo el título de filosofía natural.[11] [12]

La ontología es la parte de la metafísica que se ocupa de investigar qué entidades existen y cuáles no, más allá de las apariencias.[13] [14]

Aristóteles designó la metafísica como «primera filosofía».[15] En la física se asume la existencia de la materia y en la biología la existencia de la materia orgánica pero ninguna de las dos ciencias define la materia o la vida; sólo la metafísica suministra estas definiciones básicas. En el libro quinto de la Metafísica, Aristóteles presenta varias definiciones de términos filosóficos.[16]

A lo largo de los siglos, muchos filósofos han sostenido que de alguna manera u otra, la metafísica es imposible.[17] Esta tesis tiene una versión fuerte y una versión débil.[17] La versión fuerte es que todas las afirmaciones metafísicas carecen de sentido.[17] Esto depende por supuesto de una teoría del significado.[17] Ludwig Wittgenstein y los positivistas lógicos fueron defensores explícitos de esta posición. La versión débil, por otra parte, es que si bien las afirmaciones metafísicas poseen significado, es imposible saber cuáles son verdaderas y cuáles falsas, pues esto va más allá de las capacidades cognitivas del hombre.[17] Esta posición es la que sostuvieron, por ejemplo, David Hume e Immanuel Kant.


El experimento mental del cerebro en una cubeta
puede poner a prueba distintas teorías acerca
del conocimiento


Gnoseología

La gnoseología es el estudio del origen, la naturaleza y los límites del conocimiento humano.[18] En inglés se utiliza la palabra epistemology, que no hay que confundir con la palabra española epistemología que designa específicamente el estudio del conocimiento científico, también denominado filosofía de la ciencia.[19] Muchas ciencias particulares tienen además su propia filosofía, como por ejemplo, la filosofía de la historia, la filosofía de la matemática, la filosofía de la física, etcétera.

Dentro de la gnoseología, una parte importante, que algunos consideran incluso una rama independiente de la filosofía,[20] es la fenomenología. La fenomenología es el estudio de los fenómenos, es decir de la experiencia de aquello que se nos aparece en la conciencia.[20] Más precisamente, la fenomenología estudia la estructura de los distintos tipos de experiencia, tales como la percepción, el pensamiento, el recuerdo, la imaginación, el deseo, etc.[20] Algunos de los conceptos centrales de esta disciplina son la intencionalidad, la conciencia y los qualia, conceptos que también son estudiados por la filosofía de la mente.[20]

En la gnoseología se suele distinguir entre tres tipos de conocimiento: el conocimiento proposicional, el conocimiento práctico o performativo, y el conocimiento directo (acquaintance).[21] El primero se asocia a la expresión «saber que», el segundo a la expresión «saber cómo», y el tercero, en el español, se asocia a la expresión «conocer» (en vez de «saber»). Así decimos, por ejemplo, que en la biología se sabe que los perros son mamíferos. Éste es un conocimiento proposicional. Luego existe un saber cómo entrenar un perro, el cual es un conocimiento práctico o performativo. Y por último, el conocimiento por familiaridad es aquel que posee quien dice, por ejemplo, «yo conozco a su perro».[21] La mayoría del trabajo en gnoseología se centra en el primer tipo de conocimiento, aunque ha habido esfuerzos por cambiar esto.[22]

Un debate importante y recurrente en la gnoseología es aquel entre el racionalismo y el empirismo.[23] El racionalismo es la doctrina que sostiene que parte de nuestro conocimiento proviene de una «intuición racional» de algún tipo, o de deducciones a partir de estas intuiciones.[23] El empirismo defiende, en cambio, que todo conocimiento proviene de la experiencia sensorial.[23] Este contraste está asociado a la distinción entre conocimiento a priori y conocimiento a posteriori,[24] cuya exposición más famosa se encuentra en la introducción a la Crítica de la razón pura, de Immanuel Kant.

Aún otra distinción influyente fue la que promovió Bertrand Russell entre conocimiento por familiaridad, y conocimiento por descripción. El primer tipo de conocimiento es el conocimiento directo, como puede ser una percepción o un dolor. El segundo es en cambio el conocimiento indirecto, al que llegamos sólo mediante una descripción definida que refiere unívocamente al objeto siendo conocido.[25]

Algunos de los problemas centrales a la gnoseología son: el problema de Gettier, el trilema de Münchhausen y el problema de la inducción.

Lógica


La lógica es el estudio de los principios de la inferencia válida.[26] Una inferencia es un proceso o acto en el que a partir de la evidencia provista por un grupo de premisas, se afirma una conclusión.[27] Tradicionalmente se distinguen tres clases de inferencias: las deducciones, las inducciones y las abducciones, aunque a veces se cuenta a la abducción como un caso especial de inducción.[28] La validez o no de las inducciones es asunto de la lógica inductiva y del problema de la inducción. Las deducciones, en cambio, son estudiadas por la mayor parte de la lógica contemporánea. Cuando un argumento es deductivamente válido, se dice que la conclusión es una consecuencia lógica de las premisas.[29] El concepto de consecuencia lógica es, por lo tanto, un concepto central a la lógica.[29] Para estudiarlo, la lógica construye sistemas formales que capturan los factores relevantes de las deducciones como aparecen en el lenguaje natural.[30] Para entender esto, considérese la siguiente deducción:

  1. Está lloviendo y es de día.
  2. Por lo tanto, está lloviendo.

La obvia validez de este argumento no se debe al significado de las expresiones «está lloviendo» y «es de día», porque éstas podrían cambiarse por otras y el argumento permanecer válido. Por ejemplo:

  1. Está nevando y hace frío.
  2. Por lo tanto, esta nevando.

En cambio, la clave del argumento reside en la expresión «y». Si esta expresión se cambia por otra, entonces el argumento deja de ser tan obviamente válido:

  1. Ni está nevando ni hace frío.
  2. Por lo tanto, esta nevando.

Las expresiones de las que depende la validez de los argumentos se llaman constantes lógicas, y la lógica las estudia mediante sistemas formales.[31] Dentro de cada sistema formal, la relación de consecuencia lógica puede definirse de manera precisa, generalmente por medio de teoría de modelos o por medio de teoría de la demostración.

Otros temas que caen bajo el dominio de la lógica son las falacias y las paradojas.[32]











El dilema del tranvía es un experimento mental
que sirve para ilustrar y poner a prueba distintas teorías éticas.




Ética

La ética abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir.[33] Dentro de la ética contemporánea se suelen distinguir tres áreas o niveles:[34]

La metaética estudia el origen y el significado de los conceptos éticos,[34] así como las cuestiones metafísicas acerca de la moralidad, en particular si los valores morales existen independientemente de los humanos, y si son relativos, convencionales o absolutos.[34] Algunos problemas de la metaética son el problema del ser y el deber ser,

el problema de la suerte moral, y la cuestión acerca de la existencia o no del libre albedrío.

La ética normativa estudia los posibles criterios morales para determinar cuándo una acción es correcta y cuándo no.[34] Un ejemplo clásico de un criterio semejante es la regla de oro.[34] Dentro de la ética normativa, existen tres posturas principales:[

El consecuencialismo sostiene que el valor moral de una acción debe juzgarse sólo basándose en si sus consecuencias son favorables o desfavorables.[34] Distintas versiones del consecuencialismo difieren, sin embargo, acerca de cuáles consecuencias deben considerarse relevantes para determinar la moralidad o no de una acción.[34] Por ejemplo, el egoismo moral considera que una acción será moralmente correcta sólo cuando las consecuencias de la misma sean favorables para el que la realiza.[34] En cambio, el utilitarismo sostiene que una acción será moralmente correcta sólo cuando sus consecuencias sean favorables para una mayoría.[34] También existe debate sobre qué debe contarse como una consecuencia favorable.

La deontología, en cambio, sostiene que existen deberes que deben ser cumplidos, más allá de las consecuencias favorables o desfavorables que puedan traer, y que cumplir con esos deberes es actuar moralmente.[34] Por ejemplo, cuidar a nuestro hijos es un deber, y es moralmente incorrecto no hacerlo, aún cuando esto pueda resultar en grandes beneficios económicos. Distintas teorías deontológicas diferen en el método para determinar los deberes, y consecuentemente en la lista de deberes a cumplir.[34]

La ética de las virtudes, por otra parte, se enfoca menos en el aprendizaje de reglas para guiar la conducta, y más en la importancia de desarrollar buenos hábitos de conducta, o virtudes, y de evitar los malos hábitos, es decir los vicios.[34]

Finalmente, la ética aplicada estudia la aplicación de las teorías éticas a asuntos morales concretos y controversiales.[34] Algunas de estas cuestiones son estudiadas por subdisciplinas. Por ejemplo, la bioética se ocupa de las cuestiones relacionadas con el avance de la biología y la medicina, como el aborto inducido, la eutanasia y la donación de órganos.[34] La ética ambiental, por otra parte, estudia cuestiones como los derechos de los animales, la experimentación con animales y el control de la contaminación.[34] Otras cuestiones estudiadas por la ética aplicada son la pena de muerte, la guerra nuclear, la homosexualidad, el racismo y el uso recreativo de drogas.[34]



Estética

El caminante sobre el mar de nubes, de Caspar David Friedrich,
es una representación prototípica de lo sublime.



La única definición que parece gozar de algún consenso entre los filósofos, es que la estética es el estudio de la belleza.[35] [36] Sin embargo, algunos autores también generalizan esta definición y afirman que la estética es el estudio de las experiencias estéticas y de los juicios estéticos.[37] Cuando juzgamos que algo es bello, feo, sublime o elegante (por dar algunos ejemplos), estamos haciendo juicios estéticos, que a su vez expresan experiencias estéticas.[37] La estética es el estudio de estas experiencias y de estos juicios, de su naturaleza y de los principios que tienen en común.

La estética es una disciplina más amplia que la filosofía del arte, en tanto que los juicios y las experiencias estéticas pueden encontrarse fácilmente por fuera del arte. Por ejemplo, cuando vemos pasar a un perro, podríamos juzgar que el perro es lindo, y realizar así un juicio estético sobre algo que nada tiene que ver con el arte.[38]

Filosofía política

La filosofía política es el estudio acerca de cómo debería ser la relación entre los individuos y la sociedad.[39] Esto incluye el estudio de los gobiernos, las leyes, los derechos, el poder y las demás instituciones y prácticas políticas. La filosofía política se diferencia de la ciencia política por su carácter generalmente normativo. Mientras la ciencia política dedica más trabajo a investigar cómo fueron, son y serán los fenómenos políticos, la filosofía política se encarga de teorizar sobre cómo deberían ser dichos fenómenos.[39] [40]

La filosofía política tiene un campo de estudio amplio y se conecta fácilmente con otras ramas y subdisciplinas de la filosofía, como la filosofía del derecho y la filosofía de la economía.[39] Se relaciona fuertemente con la ética en que las preguntas acerca de qué tipo de instituciones políticas son adecuadas para un grupo depende de qué forma de vida se considere adecuada para ese grupo o para los miembros de ese grupo.[39] Las mejores instituciones serán aquellas que promuevan esa forma de vida.[39]

En el plano metafísico, la principal controversia divisora de aguas es acerca de si la entidad fundamental sobre la cual deben recaer los derechos y las obligaciones es el individuo, o el grupo.[39] El individualismo considera que la entidad fundamental es el individuo, y por lo tanto promueven el individualismo metodológico.[39] El comunitarismo enfatiza que el individuo es parte de un grupo, y por lo tanto da prioridad al grupo como entidad fundamental y como unidad de análisis.[39]

Algunos de los temas centrales en la filosofía política son: la legitimidad de los gobiernos, la limitación de su poder, los fundamentos de la ley, y los derechos y deberes que corresponden a los individuos.[41] [42]

Filosofía del lenguaje

La filosofía del lenguaje es el estudio del lenguaje en sus aspectos más generales y fundamentales, como la naturaleza del significado, de la referencia, y la relación entre el lenguaje, los usuarios del lenguaje y el mundo. A diferencia de la lingüística, la filosofía del lenguaje se sirve de métodos no-empíricos (como experimentos mentales) para llegar a sus conclusiones.[43] En general, en la filosofía del lenguaje no se hace diferencia entre el lenguaje hablado, el escrito o cualquiera otra de sus manifestaciones, sino que se estudia aquello que es común a todas ellas.
¿Cuál de estas figuras es kiki y cuál es bouba?
El efecto bouba/kiki sugiere que la relación entre los sonidos y las cosas no siempre es completamente arbitraria

La semántica es la parte de la filosofía del lenguaje (y de la lingüística) que se ocupa de la relación entre el lenguaje y el mundo.[44] Algunos problemas que caen bajo este campo son el problema de la referencia, la naturaleza de los predicados, de la representación y de la verdad.[44] En el Crátilo, Platón señaló que si la conexión entre las palabras y el mundo es arbitraria o convencional, entonces es difícil entender cómo el lenguaje puede permitir el conocimiento acerca del mundo.[44] Por ejemplo, es evidente que el nombre «Venus» pudo haber designado cualquier cosa, aparte del planeta Venus, y que el planeta Venus pudo haberse llamado de cualquier otra forma. Luego, cuando se dice que «Venus es más grande que Mercurio», la verdad de esta oración es convencional, porque depende de nuestras convenciones acerca de lo que significan «Venus», «Mercurio» y el resto de las palabras involucradas. En otro lenguaje, esas mismas palabras podrían, por alguna coincidencia, significar algo muy distinto y expresar algo falso. Sin embargo, aunque el significado de las palabras es convencional, una vez que se ha fijado su significado, parece que la verdad y la falsedad no dependen de convenciones, sino de cómo es el mundo. A este «fijar el significado» se lo suele llamar interpretación, y es uno de los temas centrales de la semántica.

Un problema ulterior en esta dirección es que si una interpretación se da en términos lingüísticos (por ejemplo: «Venus es el nombre del segundo planeta a partir del Sol»), entonces queda la duda de cómo deben interpretarse las palabras de la interpretación. Si se las interpreta por medio de nuevas palabras, entonces el problema resurge, y se hace visible una amenaza de regresión al infinito, de circularidad, o de corte arbitrario en el razonamiento (tal vez en palabras cuyo significado sea supuestamente autoevidente). Pero para algunos este problema invita a pensar en una forma de interpretación no lingüística, como por ejemplo el conductismo o la definición ostensiva.

La pragmática, por otra parte, es la parte de la filosofía del lenguaje que se ocupa de la relación entre los usuarios del lenguaje y el lenguaje.[44] Algunas de las cuestiones centrales de la pragmática son la elucidación del proceso de aprendizaje del lenguaje, de las reglas y convenciones que hacen posible la comunicación, y la descripción de los muchos y variados usos que se le da al lenguaje,[44] entre ellos: describir estados de cosas, preguntar, dar órdenes, contar chistes, traducir de un lenguaje a otro, suplicar, agradecer, maldecir, saludar, rezar, etc.[45


Filosofía de la mente

La filosofía de la mente es el estudio de la mente incluyendo las percepciones, sensaciones, emociones, fantasías, sueños, pensamientos y creencias.[46] Uno de los problemas centrales de la disciplina es determinar qué hace que todos los elementos de esta lista (y todos los que no están en ella) sean mentales.[47]

Tanto para la fenomenología como para la filosofía analítica, un candidato importante para ser una condición necesaria, aunque no suficiente, de todo fenómeno mental es la intencionalidad.[48] La intencionalidad es el poder de la mente de ser acerca de, de representar, o de ponerse en lugar de cosas, propiedades o estados de cosas.[48] Por ejemplo, uno no recuerda simplemente, sino que recuerda algo, y tampoco quiere en abstracto, sino que quiere algo determinado. La propuesta de algunos filósofos es que todo lo que sea mental está «dirigido» hacia algún objeto, en el sentido más general de objeto, y que por lo tanto la intencionalidad es una característica necesaria, aunque no suficiente, de lo mental.

El experimento mental del cuarto de Mary
provee uno de los argumentos más famosos en favor de los qualia.


Otra característica importante y controversial de lo mental son los qualia, o propiedades subjetivas de la experiencia.[49] Cuando uno ve una nube, se pincha un dedo con un alfiler, o huele una rosa, experimenta algo que no se puede observar desde fuera, sino que es completamente subjetivo. A estas experiencias se las llama «qualia». Parte de la importancia de los qualia se debe a las dificultades que suscitan al fisicalismo para acomodarlos dentro de su concepción de lo mental.[49]

La filosofía de la mente se relaciona con la ciencia cognitiva de varias maneras.[50] Por un lado, las filosofías más naturalistas pueden considerarse como parte de las ciencias cognitivas.[50] En cambio, otras filosofías critican a la ciencia cognitiva por suponer que lo mental es representacional o computacional.[50] Por ejemplo, algunos críticos señalan que la ciencia cognitiva descuida muchos factores relevantes para el estudio de lo mental, entre ellos las emociones, la conciencia, el cuerpo y el entorno.[50]

Algunos problemas centrales en la filosofía de la mente son el problema de la relación entre la mente y el cuerpo, la identidad personal a través del tiempo, y el problema del conocimiento de otras mentes


Filosofía de la historia

La filosofía de la historia es la rama de la filosofía que estudia el desarrollo y las formas en las cuales los seres humanos crean la historia. Puede, en algunos casos, especular con la existencia de un fin u objetivo teleológico de la historia, o sea, preguntarse si hay un diseño, propósito, principio director o finalidad en el proceso de creación de la historia.

Las preguntas sobre las cuales trabaja la filosofía de la historia son muchas, ya que se trata de una materia compleja. Algunas de estas preguntas son, por ejemplo, ¿Cuál es el sujeto propio del estudio del pasado humano? ¿Es el individuo? ¿Son las organizaciones sociales, la cultura, o acaso la especie humana por entero? Yendo aún más allá de estas preguntas clásicas, algunos filósofos modernos han introducido un nuevo concepto, sosteniendo que la historia ha dejado de ser el estudio de unidades, de hechos, pasando a ser el estudio de una compleja totalidad, que comprende no sólo las acciones humanas pasadas y sus consecuencias visibles, sino que incluye un sinnúmero de factores en su contexto, como las relaciones humanas, las corrientes de pensamiento, las motivaciones particulares, y, tal vez el factor más recientemente incorporado y que más ha revolucionado este campo de la filosofía, es el de los pensamientos, acciones, relaciones y motivaciones de aquel individuo que escribe la historia, esto es, del historiador.

Historia de la filosofía

La tradición filosófica occidental tiene una historia de más de 2500 años, desde la Antigua Grecia hasta nuestros días. A lo largo de ese tiempo, hubo una enorme cantidad de filósofos y movimientos filosóficos, demasiado numerosos para ser mencionados aquí. Lo que sigue es una mera caracterización de los distintos períodos de la historia de la filosofía occidental, incluyendo una mención a las principales figuras y corrientes de cada época.



Filosofía antigua



L
a muerte de Sócrates, por Jacques-Louis David.

La filosofía antigua se inició en la Antigua Grecia en la Jonia hacia inicios del siglo VI a.C. y se prolongó hasta la decadencia del Imperio Romano en el siglo V d. C. Se la puede dividir en cuatro períodos: el de la filosofía presocrática, que va de Tales de Mileto hasta Sócrates, el de Platón, el de Aristóteles, y el período post-aristotélico o helenístico. A veces se distingue un quinto período que comprende a los filósofos cristianos y neoplatonistas.[51] Los dos autores más importantes de la filosofía antigua, en términos de su influencia posterior, fueron Platón y Aristóteles.[51]

El período de filosofía presocrática se caracterizó por una variedad de propuestas distintas sobre cómo entender el mundo y el lugar del hombre en él.[52] A causa de los avances culturales y el intenso contacto con las culturas vecinas, las ciudades del mundo griego comenzaron a criticar a la tradicional concepción mitológica del mundo, y buscaron una concepción alternativa, natural y unificada. El pensamiento de estos primeros filósofos y científicos sólo nos llega a través de escritos fragmentarios y reportes de otros pensadores posteriores.[52] Algunas de las personalidades más importantes fueron:
  • Los pensadores milesios, que intentaron explicar la naturaleza reduciéndola a un único principio originario y una materia primordial.[53] Tales propuso que la materia fundamental de la cual todo se origina y todo está compuesto es el agua; Anaximandro asignó ese rol a una sustancia indefinible, lo ápeiron, y Anaxímenes al aire.
  • Pitágoras y la escuela pitagórica, para quienes los números eran el principio determinante de toda la realidad, adelantándose de esta manera a un importante principio de la ciencia moderna de la naturaleza.[52]
  • Heráclito, quien resaltó el devenir y el cambio en el universo que señalan nuestros sentidos. Postuló como base de la realidad la razón (el logos), un principio unificador de los opuestos.[53]
  • Parménides, quien postuló una ontología de la permanencia y no del cambio. Parménides señaló la unidad y la inmutabilidad del ser, dado que el cambio resulta imposible si no existe el no-ser (cuya imposibilidad es lógica).[52] [53]
  • Los filósofos pluralistas, para quienes no había una única materia primordial, sino varias.[53] Empédocles fundó la doctrina de los cuatro elementos —el agua, el fuego, la tierra y el aire— que perdurará en la filosofía de la naturaleza hasta el siglo XVIII. Los atomistas, por otra parte, fueron los primeros en afirmar que el mundo está compuesto por átomos, y que todo lo que no son átomos es vacío. Las figuras más importantes de esta escuela fueron Leucipo y Demócrito.[53]
Con la aparición de los sofistas a mitad del siglo V a. C., se puso al hombre en el centro de las reflexiones filosóficas. O como dijo Protágoras: "El hombre es la medida de todas las cosas".[54] Los sofistas se ocuparon en particular de los problemas éticos y políticos, como la cuestión de si las normas y los valores son dados naturalmente o son establecidos por los hombres.

El ateniense Sócrates se convertiría en el modelo de la filosofía europea. Sócrates conversaba con otras personas y los llevaba por medio de una serie de preguntas a revelar las contradicciones inherentes a sus posturas (método mayéutico). Sus manifestaciones de independencia intelectual y su conducta no acomodada a las circunstancias, le valieron una sentencia de muerte por impiedad a los dioses y corrupción de la juventud (véase la Apología de Sócrates).

Debido a que Sócrates no dejó nada por escrito, su imagen fue determinada por su discípulo Platón. Sus obras en forma de diálogos constituyeron un punto central de la filosofía occidental. A partir de la pregunta socrática de la forma «¿Qué es X?» (¿Qué es la virtud? ¿Qué es la justicia? ¿Qué es el bien?), Platón creó los rudimentos de una doctrina de la definición. También fue autor de la teoría de las Ideas, que sirvió de base a la representación de una realidad con dos partes: el plano de los objetos perceptibles con nuestros sentidos frente al plano de las Ideas sólo accesibles al intelecto mediante abstracción. Sólo el conocimiento de estas Ideas nos brinda una comprensión más profunda de la totalidad de la realidad.

Aristóteles, discípulo de Platón, rechazó la teoría de las Ideas como una innecesaria "duplicación del mundo". La distinción entre forma y materia es uno de los rasgos principales de la metafísica de Aristóteles.[55] Su escuela comenzó a clasificar toda la realidad —tanto la naturaleza como la sociedad— en los diversos campos del conocimiento, a analizarlos y ordenarlos científicamente. Además, Aristóteles creó la lógica clásica del silogismo y la filosofía de la ciencia. Con esto, estableció algunos de los supuestos filosóficos fundamentales que fueron decisivos hasta la modernidad.

En la transición del siglo IV al III a. C., tras la muerte de Aristóteles y la decadencia de las ciudades estado griegas, las guerras entre los reyes helénicos por suceder a Alejandro Magno volvieron la vida problemática e insegura.[53] Surgieron entonces en Atenas dos escuelas filosóficas que, en una clara oposición a la Academia platónica y al Liceo aristotélico, pusieron la salvación individual en el centro de sus preocupaciones: para Epicuro y sus seguidores, por un lado, así como para los estoicos alrededor de Zenón de Citio, por otro lado, la filosofía servía principalmente para alcanzar con medios éticos el bienestar psicológico o la paz.

Mientras que los seguidores del escepticismo pirrónico, en principio, negaron la posibilidad de juicios seguros y de conocimientos indudables, Plotino, en el siglo III d. C., transformó la teoría de las Ideas de Platón para dar lugar a un neoplatonismo. Su concepción de la gradación del Ser (del "Uno" a la materia) ofreció al cristianismo una variedad de enlaces y fue la filosofía dominante de finales de la Antigüedad.

La escuela de Atenas, de Rafael, representa a los filósofos,
matemáticos y científicos más importantes de la antigüedad.


Filosofía medieval




Las siete artes liberales,
según una ilustración del siglo XII.

La filosofía medieval es la filosofía de Europa y Oriente Medio durante lo que hoy se llama el Medioevo o la Edad Media, que se extiende aproximadamente desde la caída del Imperio Romano hasta el Renacimiento.[53] La filosofía medieval se caracteriza principalmente por intentar conciliar las doctrinas cristianas (pero también judías e islámicas) con la filosofía heredada de la antigüedad clásica.[56] Algunas de estas doctrinas fueron especialmente difíciles (como la encarnación y la trinidad), pero el esfuerzo por resolverlas fue el motor de gran parte de la filosofía medieval, y llevó a desarrollar conceptos, teorías y distinciones que heredaría toda la filosofía


Las siete artes Liberales


Aunque la influencia de la filosofía pagana fue crucial para la filosofía medieval, la gran mayoría de los textos de autores clave como Platón, Aristóteles y Plotino fueron inaccesibles a los estudiosos medievales.[56] Los medievales tuvieron acceso al pensamiento de estos y otros autores principalmente a través del trabajo de autores patricios como Tertuliano, Ambrosio y Boecio, y de autores paganos como Cicerón y Séneca.[56] En los siglos XII y XIII, sin embargo, una gran cantidad de trabajos de Aristóteles reingresaron a Europa desde el mundo islámico, influenciando enormemente a la filosofía.[56] Este importante hecho permite dividir a la filosofía medieval en dos períodos: el período antes de el reingreso de Aristóteles, y el período durante y después de su reingreso.[56]

El primer período fue marcadamente platónico, con un estilo generalmente ameno y asistemático, y sin una distinción clara entre teología y filosofía.[56] Algunos de los autores más importantes fueron Agustín de Hipona, Boecio, Juan Escoto Erígena, Anselmo de Canterbury y Pedro Abelardo.[56]

El segundo período fue más aristotélico.[56] Asistió a la creación de las universidades, a una mayor profesionalización y sistematización de la filosofía, a nuevas traducciones y a nuevas formas de enseñanza.[56] La escolástica fue el movimiento teológico y filosófico dominante, y entre los autores clave estuvieron Ramon Llull, Tomás de Aquino, Juan Duns Scoto, Guillermo de Ockham y Buenaventura de Fidanza.

Algunos de los temas centrales a lo largo de la filosofía medieval fueron: la relación entre la fe y la razón, la existencia y unidad de Dios, la cuestión de la compatibilidad entre atributos divinos; el problema del mal; el problema de la compatibilidad de la omnisciencia divina con el libre albedrío; el problema de los universales y la causalidad.[56]



Filosofía renacentista

Artículo principal: Filosofía renacentista
El hombre de Vitruvio

La filosofía renacentista, o filosofía del Renacimiento, se desarrolló principalmente entre los siglos XV y XVI, comenzando en Italia y avanzando hacia el resto de Europa. En el Renacimiento, la filosofía todavía era un campo muy amplio que abarcaba los estudios que hoy se asignan a varias ciencias distintas[53] , así como a la teología. Teniendo eso en cuenta, los tres campos de la filosofía que más atención y desarrollo recibieron fueron la filosofía política, el humanismo y la filosofía natural.[53]


En la filosofía política, las rivalidades entre los estados nacionales, sus crisis internas y el comienzo de la colonización de América renovaron el interés por problemas acerca de la naturaleza y moralidad del poder político, la unidad nacional, la seguridad interna, el poder del Estado y la justicia internacional.[53] En este campo destacaron los trabajos de Nicolás Maquiavelo y Jean Bodin.[53]

El humanismo enfatizó la centralidad de los seres humanos en el universo, su enorme valor e importancia.[53] Este movimiento fue antes que nada un movimiento moral y literario, y fue protagonizado por figuras como Erasmo de Rotterdam, Santo Tomás Moro y Michel de Montaigne.[53] Hubo además un retorno parcial a la autoridad de Platón por sobre Aristóteles, tanto en su filosofía moral, en su estilo literario como en la relevancia dada a la matemática para el estudio de la naturaleza.[53]

La filosofía de la naturaleza del Renacimiento quebró con la concepción medieval de la naturaleza en términos de fines y ordenamiento divino, y comenzó a pensar en términos de fuerzas, causas físicas y mecanismos.[53] Nicolás Copérnico, Giordano Bruno, Johannes Kepler, Leonardo da Vinci y Galileo Galilei fueron precursores y protagonistas en esta revolución científica, y Francis Bacon proveyó un fundamento teórico para justificar el método empírico que habría de caracterizar a la revolución. Por otra parte, en la medicina, el trabajo de Andreas Vesalius en anatomía humana revitalizó la disciplina y brindó más apoyo al método empírico.[53]

Filosofía moderna (siglos XVII y XVIII)

La filosofía renacentista, o filosofía del Renacimiento, se desarrolló principalmente entre los siglos XV y XVI, comenzando en Italia y avanzando hacia el resto de Europa. En el Renacimiento, la filosofía todavía era un campo muy amplio que abarcaba los estudios que hoy se asignan a varias ciencias distintas[53] , así como a la teología. Teniendo eso en cuenta, los tres campos de la filosofía que más atención y desarrollo recibieron fueron la filosofía política, el humanismo y la filosofía natural.[53]

En la filosofía política, las rivalidades entre los estados nacionales, sus crisis internas y el comienzo de la colonización de América renovaron el interés por problemas acerca de la naturaleza y moralidad del poder político, la unidad nacional, la seguridad interna, el poder del Estado y la justicia internacional.[53] En este campo destacaron los trabajos de Nicolás Maquiavelo y Jean Bodin.[53]

El humanismo enfatizó la centralidad de los seres humanos en el universo, su enorme valor e importancia.[53] Este movimiento fue antes que nada un movimiento moral y literario, y fue protagonizado por figuras como Erasmo de Rotterdam, Santo Tomás Moro y Michel de Montaigne.[53] Hubo además un retorno parcial a la autoridad de Platón por sobre Aristóteles, tanto en su filosofía moral, en su estilo literario como en la relevancia dada a la matemática para el estudio de la naturaleza.[53]

La filosofía de la naturaleza del Renacimiento quebró con la concepción medieval de la naturaleza en términos de fines y ordenamiento divino, y comenzó a pensar en términos de fuerzas, causas físicas y mecanismos.[53] Nicolás Copérnico, Giordano Bruno, Johannes Kepler, Leonardo da Vinci y Galileo Galilei fueron precursores y protagonistas en esta revolución científica, y Francis Bacon proveyó un fundamento teórico para justificar el método empírico que habría de caracterizar a la revolución. Por otra parte, en la medicina, el trabajo de Andreas Vesalius en anatomía humana revitalizó la disciplina y brindó más apoyo al método empírico.[53]

Filosofía moderna (siglos XVII y XVIII)

Retrato de Descartes

René Descartes rompió con la tradición escolástica, dando inicio a la filosofía moderna en general y al racionalismo en particular.

La filosofía moderna se caracterizó por reconocer plenamente la preeminencia de la gnoseología por sobre la metafísica,[57] argumentando que antes de intentar conocer lo que hay, es prudente conocer lo que se puede conocer.[58]

Los principales debates de esta época fueron, por lo tanto, debates gnoseológicos. El racionalismo, la escuela que enfatiza el papel de la razón en la adquisición del conocimiento, tuvo sus principales proponentes en René Descartes, Baruch Spinoza y Gottfried Leibniz.[59] Por el otro lado, la escuela empirista, que sostiene que la única fuente del conocimiento es la experiencia,[60] encontró defensores en Francis Bacon, John Locke, David Hume y George Berkeley.[61]

En 1781, Immanuel Kant publicó su famosa Crítica de la razón pura, donde rechaza ambas posturas y propone una alternativa. Según Kant, si bien todo nuestro conocimiento empieza con la experiencia, no todo se origina de ella,[62] pues existen ciertas estructuras del sujeto que anteceden a toda experiencia, en tanto son las condiciones que la hacen posible. Esta postura inspiró lo que luego se llamó el idealismo alemán.

Filosofía del siglo XIX

Generalmente se considera que después de la filosofía de Immanuel Kant, se inició otra etapa en la filosofía,[63] en gran parte definida por ser una reacción a Kant. Este período empezó con el desarrollo del idealismo alemán (principalmente Fichte, Schelling y Hegel), pero siguió con una cantidad de otros movimientos,[64] la mayoría de los cuales fueron creados por filósofos trabajando desde fuera del mundo académico:[53]

  • En Alemania, los excesos metafísicos del idealismo dieron lugar a un movimiento neokantista.
  • Kierkegaard y Nietzsche sentaron las bases para la filosofía existencialista.[65]
  • Auguste Comte acuñó el término «positivismo» y popularizó la escuela del mismo nombre.[66] [67]
  • En la ética, Jeremy Bentham y John Stuart Mill elaboraron el utilitarismo, según el cual la acción correcta es aquella que produce la mayor cantidad de felicidad general.[68]
  • Karl Marx y Friedrich Engels invirtieron la filosofía hegeliana para fundar el materialismo dialéctico.
  • En los Estados Unidos, Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey dieron origen a la escuela pragmatista.[69]
  • Por el final del siglo, Edmund Husserl inició la escuela de la fenomenología.
  • En el último tercio del siglo, Gottlob Frege empezó con su trabajo en lógica matemática, que habría de proveer las herramientas para la filosofía analítica, pero que permanecería desconocido hasta el siglo XX.

Filosofía del siglo XX

En el siglo XX, la mayoría de los filósofos más importantes trabajaron desde dentro de las universidades, especialmente en la segunda mitad del siglo.[53] Algunos de los temas más discutidos fueron la relación entre el lenguaje y la filosofía (este hecho a veces es llamado «el giro lingüístico») y las implicaciones filosóficas de los enormes desarrollos en lógica a lo largo de todo el siglo.[70]

Las tradiciones filosóficas más significativas y abarcadoras del siglo XX fueron dos:[53]

La filosofía analítica se desarrolló principalmente en el mundo anglosajón, y debe su nombre al énfasis que al principio puso en el análisis del lenguaje por medio de la lógica formal.[71] En la segunda mitad del siglo, sin embargo, la filosofía analítica dejó de centrarse sólo en el lenguaje, y la unidad de la tradición recayó en la exigencia de claridad y rigor en la argumentación, en la atención a los detalles y en la desconfianza hacia los grandes sistemas filosóficos.[71] Algunos pensadores tempranos que se asocian a la tradición analítica son Gottlob Frege, G. E. Moore, Bertrand Russell, Ludwig Wittgenstein y los integrantes del Círculo de Viena, y más adelante Willard van Orman Quine, Saul Kripke, John Searle y Donald Davidson, entre otros.

En su obra Principia Mathematica de 1910-1913, Russell y Whitehead intentaron establecer una báse lógica de la aritmética pero su intento se vio anulado en 1931 por el descubrimiento de Gödel : Sobre proposiciones formalmente indecidibles de Principia Mathematica y sistemas relacionados.[72]

La segunda tradición principal del siglo XX resulta aún más difícil de caracterizar que la filosofía analítica. La filosofía continental se desarrolló principalmente en la Europa Continental (de ahí su nombre), y se caracterizó por ser más especulativa y por dar más importancia a la historia que la filosofía analítica.[53] La fenomenología, el existencialismo, el estructuralismo, el postestructuralismo y la postmodernidad son algunas escuelas que caen dentro de esta tradición.[53] . Algunos de sus autores más influyentes fueron Edmund Husserl, Martin Heidegger, Jean Paul Sartre y José Ortega y Gasset en la primera mitad del siglo, seguidos por Michel Foucault, Jacques Derrida, Hannah Arendt y Gilles Deleuze en la segunda.




Nombre:
Ricardo Diaz
Asignatura:
Electronica del Estado Solido
Fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa
Blog:
http://lithiumees.blogspot.com